APRENDE PRACTICANDO / Cargador de baterias de NI-CA a corriente constante

Cargador de baterias, aquí tu kit de regalo

INTRODUCCIÓN
De unos años a esta parte asistimos a una verdadera invasión de aparatos electrónicos de la más diversa índole; muchos de ellos concebidos para ser alimentados a pilas por su condición de portátiles. Esto nos lleva a un continuo desembolso de dinero para sustituir las pilas gastadas, unido además a que a veces éstas necesitan ser del tipo alcalino debido a las altas intensidades de corriente instantánea que demandan algunos equipos, con el consiguiente encarecimiento de la sustitución.
Los acumuladores de níquel-cadmio (a veces conocidas como pilas o baterías recargables) se fabrican en multitud de formatos y presentan una tensión de aproximadamente 1.25 voltios por célula frente a los 1.5 voltios de las células de carbón o alcalinas; esto no suele ocasionar ningún inconveniente para el buen funcionamiento de los equipos. Pueden suministrar una altísima corriente instantánea, aun cuando tienen almacenada una cantidad de energía menor que su equivalente alcalina.
Tienen el inconveniente de un precio relativamente elevado, pero tienen a su favor el que se pueden recargar 1.000 veces ó más, con lo que el desembolso inicial queda sobradamente compensado. Si además a esto unimos el que si todos utilizamos una cantidad menor de pilas desechables, la posibilidad de que vayan a parar como basura contaminante al medio ambiente, si no son recicladas, será siempre menor  y, por tanto, estaremos haciendo de paso un favor a nuestro castigado planeta.
DESCRIPCIÓN
Cargador electronico componentesEstos acumuladores presentan una curva de tensión en descarga muy constante, entregando una tensión en sus bornes cuando están a punto de agotarse sólo un poco más baja que cuando están cargadas a tope, manteniendo de paso su capacidad de suministrar fuertes picos de corriente hasta el final de la descarga.
Así, estos acumuladores alimentan a los equipos perfectamente durante toda su descarga y se agotan «de golpe». Estas características son muy deseables para la mayoría de las aplicaciones, pero no resulta lo más adecuado en aplicaciones en las que no sea permisible un agotamiento repentino (como por ejemplo para alimentar un reloj despertador, so pena de que se nos peguen las sábanas si se agotan durante la noche).
Para recargar estos acumuladores no se utiliza el método de aplicarles una tensión constante y que el acumulador absorba la corriente que necesite en cada momento, como es el caso de los acumuladores de plomo-ácido, sino que se recargan aplicándoles una corriente constante que permanece invariable a lo largo de todo el tiempo que dura el  proceso de recarga. Esta corriente toma normalmente un valor de 1/10 de la capacidad en Ah del acumulador durante un tiempo de recarga de 14-15 h (por ejemplo, una corriente de carga de 50 mA para unos acumuladores de 500 mAh), aunque algunos fabricantes admiten que pueda hacerse una recarga rápida en 5-6 h con una corriente de carga de 1/4 de su capacidad. No conviene hacer la recarga en menos tiempo y a menor corriente ya que las baterías podrían calentarse excesivamente y acortar su vida útil.
Otras veces es necesario mantener permanentemente conectado el cargador para mantener disponible en todo momento un conjunto de acumuladores para cualquier emergencia, en cuyo caso es conveniente una recarga a un valor más bajo de corriente, que puede oscilar entre 1/10 y 1/70 de la capacidad nominal.

DE NI-CA A CORRIENTE CONSTANTE
De unos años a esta parte asistimos a una verdadera invasión de aparatos electrónicos de la más diversa índole; muchos de ellos concebidos para ser alimentados a pilas por su condición de portátiles. Esto nos lleva a un continuo desembolso de dinero para sustituir las pilas gastadas, unido además a que a veces éstas necesitan ser del tipo alcalino debido a las  altas intensidades de corriente instantánea que demandan algunos equipos, con el consiguiente encarecimiento de la sustitución.
Los acumuladores de níquel-cadmio (a veces conocidas como pilas o baterías recargables) se fabrican en multitud de formatos y presentan una tensión de aproximadamente 1.25 voltios por célula frente a los 1.5 voltios de las células de carbón o alcalinas; esto no suele ocasionar ningún inconveniente para el buen funcionamiento de los equipos. Pueden suministrar una altísima corriente instantánea, aun cuando tienen almacenada una cantidad de energía menor que su equivalente alcalina.
Tienen el inconveniente de un precio relativamente elevado, pero tienen a su favor el que se pueden recargar 1.000 veces ó más, con lo que el desembolso inicial queda sobradamente compensado. Si además a esto unimos el que si todos utilizamos una cantidad menor de pilas desechables, la posibilidad de que vayan a parar como basura contaminante al medio ambiente, si no son recicladas, será siempre menor  y, por tanto, estaremos haciendo de paso un favor a nuestro castigado planeta.
DESCRIPCIÓN
Estos acumuladores presentan una curva de tensión en descarga muy constante, entregando una tensión en sus bornes cuando están a punto de agotarse sólo un poco más baja que cuando están cargadas a tope, manteniendo de paso su capacidad de suministrar fuertes picos de corriente hasta el final de la descarga. Así, estos acumuladores alimentan a los equipos perfectamente durante toda su descarga y se agotan «de golpe».
Estas características son muy deseables para la mayoría de las aplicaciones, pero no resulta lo más adecuado en aplicaciones en las que no sea permisible un agotamiento repentino (como por ejemplo para alimentar un reloj despertador, so pena de que se nos peguen las sábanas si se agotan durante la noche).
Para recargar estos acumuladores no se utiliza el método de aplicarles una tensión constante y que el acumulador absorba la corriente que necesite en cada momento, como es el caso de los acumuladores de plomo-ácido, sino que se recargan aplicándoles una corriente constante que permanece invariable a lo largo de todo el tiempo que dura el proceso de recarga. Esta corriente toma normalmente un valor de 1/10 de la capacidad en Ah del acumulador durante un tiempo de recarga de 14-15 h (por ejemplo, una corriente de carga de 50 mA para unos acumuladores de 500 mAh), aunque algunos fabricantes  admiten que pueda hacerse una recarga rápida en 5-6 h con una corriente de carga de 1/4 de su capacidad. No conviene hacer la recarga en menos tiempo y a menor corriente ya que las baterías podrían calentarse excesivamente y acortar su vida útil.
Otras veces es necesario mantener permanentemente conectado el cargador para mantener disponible en todo momento un conjunto de acumuladores para cualquier emergencia, en cuyo caso es conveniente una recarga a un valor más bajo de corriente, que puede oscilar entre 1/10 y 1/70 de la capacidad nominal.

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