El detector, no solamente puede ser usado en función de seguridad, como planean los israelíes, sino también en la detección de enfermedades, sobre la base clínica que los enfermos huelen distinto que los sanos. El Ministerio de Seguridad Interior de Israel, está financiando el trabajo encabezado por el profesor Husam Hayek, quien desarrolla micoscópicos sensores químicos capaces de indentificar las trazas aromáticas intransferibles. “Es como una huella digital, todos tenemos un olor particular y la investigación trata de descubrir si se puede establecer un vínculo concluyente que pueda ser empleado en los tribunales”, explicó Tzvika Kanfer, director de Ciencias Exactas y Tecnología en el ministerio citado. Las pruebas decisivas de la eficacia del sistema serán realizadas este año. “Se trata de imitar el olfato canino en forma electrónica”, explicó Kafner al diario judío Aurora. Todo tuvo su origen en una certidumbre médica Los científicos del Departamento de Ingeniería...

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